«Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.
Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».
APOCALIPSIS 3:30-22