1 Juan 3:18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. (RVR 60)
Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos. (TLA
1 Juan 3:18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. (RVR 60)
Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos. (TLA
El peligro de querer más de lo que necesitamos
Lucas 12:15
También les dijo: «Estén atentos y cuídense de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes».
Luego miró Jesús a los que estaban allí, y les dijo: «¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.» (TLA)
Y luego dijo: «¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen» (NTV)
La avaricia es un de “apetito desmedido” por lo material. Es un deseo excesivo de tener más de lo que se necesita. La Biblia habla en repetidas ocasiones de la avaricia como una inclinación humana común pero espiritualmente peligrosa. En Lucas 12:15, Jesús mismo da una enseñanza directa sobre la avaricia en la que sería útil meditar.
En primer lugar, Jesús nos manda a estar “atentos” ante la avaricia. La idea es que observemos con agudeza cualquier inclinación de nuestro corazón hacia un deseo excesivo por las posesiones materiales. Es un mandato a estar en un “estado de alerta”, a estar pendientes ante la tentación en nosotros de la avaricia. Al hablar en estos términos, parece ser que la avaricia se mueve con sutileza y sigilo. En otras palabras, sino estamos atentos podríamos caer presa fácil de esta peligrosa inclinación.
En segundo lugar, el evitar la avaricia requerirá no sólo estar alertar sino “tener cuidado”. Es el otro término que Jesús usa en Lucas 12:15 y que en el original significa “proveer protección”, “tener defensas arriba”. En otras palabras, el protegernos de la avaricia requerirá decisiones específicas en nuestras vidas para que no nos dejemos llevar por ella. Habrá que decir que no a ciertas compras, o posponerlas o ser más generosos con lo que tenemos y todo ello con la intención de que nuestro corazón no se apegue a lo material.
Por último, Jesús indica la razón de su advertencia contra la avaricia, esto es, “…porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.” Es decir, la razón por la que debemos frenar nuestra inclinación a la avaricia es porque la vida trasciende lo material. Lo material no es lo más importante en la vida.
Como una forma de evaluar el estado de nuestro corazón con respecto a la avaricia, hagámonos las siguientes preguntas y respondámonos con honestidad.
- ¿Experimentas ansiedad para comprar cosas materiales?
- Cuando no puedes tener algo, ¿aceptas con gratitud esa privación?
- ¿Qué tan contento estás con el nivel y estilo de vida que Dios te ha provisto?
- ¿Te cuesta dar a aquellos que no te podrían devolver?
- ¿Te sentirías más realizado como persona o más valioso si tuvieses más posesiones de las que tienes?
- ¿Tratas con más dedicación a aquellos que más tienen?
Si al responderte estas preguntas has descubierto que tu corazón se ha inclinado hacia la avaricia, arrepiéntete, pido perdón a Dios y acepta su perdón, que es posible gracias al sacrificio de Cristo Jesús. Decide de ahora en adelante “estar atento y cuidarte de la avaricia.”
Fuente: https://www.bible.com/es-ES/reading-plans/21390/day/1
Bible.com YouVersion