Dios nos da lo que el sabe que necesitamos, no lo que nosotros creemos necesitar. Según nuestros pensamientos y creencias, necesitamos esto o aquello, pero muchas veces lo que nosotros pensamos que lo necesitamos, eso podría finalmente no ser así. Ejemplo, necesito 1 millón de dólares, pero como no sé administrar el dinero, en 2 meses estoy nuevamente quebrado. Salomón por eso primero pidió sabiduría, y esto agradó a Dios, porque fue lo que realmente necesitaba el rey en ese momento.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9
Dios es omnisciente, lo que significa que sabe todo lo que hay que saber. Esto incluye lo que nosotros necesitamos, incluso si nosotros no lo sabemos. A menudo, nosotros creemos que necesitamos cosas que en realidad no son necesarias para nosotros. Por ejemplo, podemos creer que necesitamos un nuevo coche, cuando en realidad nuestro coche actual está en buen estado. O podemos creer que necesitamos un nuevo trabajo, cuando en realidad nuestro trabajo actual es satisfactorio.
Dios, por su parte, sabe lo que realmente necesitamos. Él sabe lo que es mejor para nosotros, incluso si nosotros no lo entendemos.
Por eso, cuando oramos, es importante que le pidamos a Dios lo que necesitamos, no lo que creemos que necesitamos. Podemos confiar en que él nos dará lo que es mejor para nosotros, incluso si no es lo que esperábamos.
Aquí hay algunos ejemplos de cómo Dios puede darnos lo que necesitamos, incluso si no es lo que creemos que necesitamos:
- Podemos orar por un nuevo trabajo, pero Dios puede darnos una oportunidad para crecer en nuestro trabajo actual.
- Podemos orar por una nueva relación, pero Dios puede darnos la oportunidad de fortalecer nuestras relaciones existentes.
- Podemos orar por la salud, pero Dios puede darnos la oportunidad de aprender a vivir con una enfermedad.
En todos estos casos, Dios nos está dando lo que realmente necesitamos, incluso si no es lo que esperábamos. Esto también nos hace ser más pacientes.
Por supuesto, esto no significa que Dios siempre nos dará lo que queremos. A veces, Dios puede negar nuestras oraciones. Sin embargo, incluso en estos casos, podemos confiar en que él está actuando para nuestro bien. Al final del día, la mejor manera de entender esta verdad es experimentarla por nosotros mismos. Cuando oramos y confiamos en Dios, podemos ver cómo él nos da lo que necesitamos, incluso si no es lo que creemos que necesitamos.