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miércoles, 21 de mayo de 2025

La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti

“Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;

Átalas a tu cuello,
Escríbelas en la tabla de tu corazón.”
(Proverbios 3:3, RVR60)


Este versículo es una exhortación clara y profunda del Señor: mantener la misericordia y la verdad como principios inquebrantables en nuestra vida diaria. No son valores opcionales ni virtudes circunstanciales, sino tesoros que deben formar parte de nuestro carácter cristiano en todo momento.



Misericordia y verdad: dos columnas del carácter piadoso

La misericordia es el reflejo del amor compasivo de Dios. Es la disposición del corazón a perdonar, a ayudar, a comprender y actuar con gracia hacia otros, incluso cuando no lo merecen. La verdad, por otro lado, representa la integridad, la fidelidad, la honestidad y la justicia.

Dios nos llama a vivir en el equilibrio de ambas: ser compasivos sin renunciar a la verdad, y ser veraces sin perder la ternura. Esto es exactamente lo que encontramos en Jesús: lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14).

Un corazón que solo busca la verdad puede endurecerse; uno que solo busca la misericordia puede caer en permisividad. Pero cuando ambas caminan juntas, reflejamos el carácter de Cristo.


Átalas a tu cuello: que todos lo vean

Cuando el texto dice “átalas a tu cuello”, está usando una imagen fuerte: como un collar visible, que llevamos en todo momento. Este adorno no es superficial, sino espiritual. Es como si el Señor dijera: “Que tu vida esté vestida de misericordia y verdad, que sean lo primero que otros vean en ti”.

Así como una joya en el cuello llama la atención, nuestras acciones misericordiosas y nuestras palabras verdaderas deben ser testimonio vivo del Dios al que servimos. No escondas tu fe. No guardes tu compasión solo para los más cercanos. Llévalas como una marca evidente del amor de Dios que mora en ti.


Escríbelas en la tabla de tu corazón

Aquí la Palabra va aún más profundo: no basta con que los demás lo vean, debe estar grabado dentro de ti. No es una conducta externa o un acto esporádico. Es una convicción, un principio, una ley escrita por el Espíritu en el corazón del creyente.

Escribir en el corazón significa vivir desde lo profundo, con convicción y autenticidad. No es actuar por obligación o por apariencia, sino vivir con misericordia y verdad como expresión de nuestra naturaleza transformada por Dios.

Como dice Jeremías 31:33: “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón”. Este versículo de Proverbios refleja el mismo deseo de Dios: formar en nosotros un carácter que refleje su gracia y su fidelidad.


Conclusión

Proverbios 3:3 nos desafía a cultivar un carácter fiel, lleno de compasión y cimentado en la verdad. En un mundo lleno de mentira, indiferencia y egoísmo, el creyente está llamado a vivir como luz, llevando la misericordia y la verdad como estandarte.

No permitas que esas virtudes se enfríen en ti. No las olvides en momentos de prueba o en tiempos de abundancia. Llévalas contigo como una joya visible, pero también como una ley viva en tu corazón.

🌿 Oremos:

Señor, enséñame a vivir con misericordia y verdad cada día. Ayúdame a perdonar, a hablar con honestidad, a actuar con compasión y a permanecer firme en tu Palabra. Que esas virtudes no se aparten nunca de mí, ni por dentro ni por fuera. Amén. 



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«Seamos misericordiosos y verdaderos»

Misericordia. Verdad.



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